La importancia del precio del combustible en el transporte de mercancías - Auxiliar de Carrocerías

Durante las últimas semanas, los precios de la gasolina y el diésel están experimentando un imparable aumento. El pasado 10 de febrero, el coste de la gasolina alcanzó su máximo histórico al situarse en 1,558 euros el litro de media, mientras que el diésel estuvo cerca de hacerlo, con un precio medio de 1,444 euros el litro.

No obstante, el precio del crudo no se encuentra actualmente en niveles máximos, sino que durante los últimos años ha descendido, lo que hace que muchas personas se pregunten a qué se debe la subida en el coste del combustible.

En este artículo, desde Auxiliar de Carrocerías te contamos qué factores afectan al precio del combustible y qué impacto tienen las mencionadas subidas en los costes del transporte de mercancías.

La variabilidad del precio del combustible

La materia prima no es el único factor que afecta al precio del combustible. La diferencia entre los precios del crudo y del combustible final se explica debido a los procesos de refinado, los márgenes de beneficio de los mayoristas, el coste del transporte y, sobre todo, los impuestos que se aplican.

Según diversos estudios, el combustible representa entre un 25 y un 35% de los gastos totales del transporte de mercancías, lo que lo convierte en una de las partidas de costes más importantes.

De esta forma, el aumento de los precios del combustible puede suponer un problema para muchos transportistas. Además, es el factor que experimenta mayores y más frecuentes fluctuaciones.

¿Cómo se calcula el precio del combustible?

Para entender las variaciones en el precio del combustible, es importante comprender los diferentes costes que conlleva, que son:

  • El coste de la materia prima (crudo).
  • El coste del transporte, almacenamiento y distribución, con sus correspondientes márgenes de beneficios.
  • Los impuestos que se aplican.

Por ejemplo, en un litro de gasolina a 1,55 euros los impuestos representan en torno a un 56%, es decir, 0,868 euros. Por su parte, el coste del crudo supone alrededor del 35% del precio (0,537 euros), mientras que el transporte, almacenamiento y distribución constituyen el 9% restante (0,145 euros).

¿Por qué sube el precio del combustible?

Cada vez que hay un aumento de los impuestos, del precio del crudo o de los costes de transporte, almacenamiento y distribución, esto se refleja directamente en el precio del combustible.

A lo largo de los años, el precio de los carburantes ha variado porque ha sido objeto de subidas recurrentes de impuestos o de incrementos en el precio del petróleo.

Por ejemplo, durante el confinamiento por la pandemia de coronavirus de marzo a mayo de 2020, el precio del barril de crudo se desplomó, ya que los ciudadanos estaban en casa y apenas utilizaban sus vehículos. Posteriormente, con la reanudación de las actividades, volvió a subir, ya que la demanda era más alta.

No obstante, como ya hemos mencionado anteriormente, pese a estas variaciones puntuales el coste del crudo durante los últimos años ha descendido y los incrementos en el precio de los carburantes se deben principalmente a las subidas de impuestos y al encarecimiento de los costes de distribución.

¿Afectará el aumento de los precios del combustible a los costes del transporte de mercancías?

Las compañías de transportes actualizan sus tarifas todos los años teniendo en cuenta, entre otras cosas, el aumento del precio del combustible. Sin embargo, también se valora la inflación y la dinámica de las divisas, así como los costes administrativos relacionados con las medidas reguladoras y de seguridad, los cambios legislativos y el contexto geográfico.

Estos ajustes permiten a las empresas seguir invirtiendo en su red de infraestructuras y alcanzar el crecimiento necesario para satisfacer su demanda de clientes.

En definitiva, aunque el precio del combustible no es el único factor que influye en el coste del transporte de mercancías, es previsible que las empresas del sector se vean obligadas a aumentar sus tarifas. Especialmente si el coste de los carburantes continúa al alza, los transportistas tendrán que ajustar sus precios para no asumir pérdidas.